La tranquilidad volvió. Ahora sí, el contacto con la naturaleza hacía presencia en ese fresco lugar. Una brisa fresca, un cielo estrellado y el sonido del agua corriendo, eran perfectos para cotorrear. Chela tras chela y conversación tras conversación hicieron de esa noche algo memorable.
Lamentablemente esa noche no tenía luna que iluminara mucho nuestro entorno. Dificilmente podías observar el rostro de la otra persona, pero lo que si podías ver eran las siluetas dibujadas sobre la tela de la oscuridad. Es ahí, cuando a la mitad del río, ocurrió algo insólito.
Mi puerta estaba entre-abierta y mi mano tocaba la fresca agua que corría. De pronto, una silueta del tamaño de un perro pasa nadando justo a lado de mi mano sin hacer ningun ruido... que me cago. De pronto aviso a mi amiga que "algo había pasado". Seguido de eso, un gorgoteo en el agua se hizo presente justo atrás de nosotros, atrás de la camioneta. Acto seguido, prendo las luces de la camioneta: como si fuera un flash de una cámara, los faros aluzaron el río derrepente. En cuanto las prendí, un golpeteo de agua pasó justo enfrente de nosotros, sólo se veían unas patitas de algún animal extraño que se alejó a toda velocidad hacia la oscuridad del cause. No era un animal de tierra, se fué nadando. La noche siguió y

Terminamos de conversar, terminamos las cervezas y nos fuimos de ese río. Quien sabe qué verga haya sido ese pinche animal. Tan grande el animal y tan bajito el río... algo raro tenía que ser. El pito nadador, yo creo.
Dice mi carnal, que pudo haber sido una nutria... que cuentan leyendas que por ahí salen por las noches.
3 comentarios:
El chupacabras... O esto: http://www.youtube.com/watch?v=933FExsfU3c
Que maricón me saliste: primero a las ranas y ora esto.
Por cierto, que romántico eh
*wink wink*
a lo mejor fue el abuelo.
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